A veces parece que ese instante de emoción al abrir un libro cuyo contenido desconocemos ha desaparecido. Hemos olvidado el valor del contenido literario gracias a lo predecible que se ha vuelto la misma literatura. Poesía, novela, cuento, ensayo. Esas son las premisas que nos opacan el suspenso de tener un libro nuevo en las manos. Darle géneros a la literatura puede ser útil en un sentido pragmático, pero en ningún momento debe afectar las capacidades emotivas del lector.
Me acuerdo es un ejercicio colectivo que - entre muchos otros motivos - intenta ofrecerle al lector una experiencia donde la separación de géneros sea lo de menos. Me acuerdo es un juego poético-autobiográfico que ofrece un amplio e interesante abanico de interpretaciones. Seis personas (más allá de aquello de ser ''escritores'' o ''estudiantes'') prestan sus recuerdos para ser plasmados sin censura ni morbo en las páginas de este plaquette, sin un orden ni alguna separación lógica. Los recuerdos de los seis participantes de este plaquette se mezclan y dan como resultado el reflejo de una época donde todavía existían los billetes de diez pesos, donde Paco Stanley amenizaba las comidas de muchas familias, donde la mayor preocupación del niño promedio era saber si Goku ganaría la batalla. La recompensa al lector será una lectura que detone esa nostalgia que muchas veces vemos perdida gracias al desconocimiento de nosotros mismos y nuestro entorno.
El plaquette está acomodado en párrafos que sólo presentan dos reglas: la primera, presentar recuerdos verídicos, que realmente hayan ocurrido sin importar su profundidad o seriedad. La segunda, todo recuerdo debe empezar con la frase "me acuerdo".
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